Todas las grandes regiones naturales tienen su depredador característico que baila en la playa. Es un animal de ancho corazón; es humano.
El depredador acecha bailando “Paradise”. “Africa Children” es la danza de un continente ante la propaganda colonial. Rítmicamente perversa frente a esa muerte gris que se llama cemento. Azotado por el sol un viejo “Samurai” acudió a la playa buscando respuestas. Y el mar le habló: El que ignora las olas hace surf en el desierto. Y el honorable anciano, por primera vez, lloró libre. Esta no es nuestra casa, clamó la generación del silencio. No nos perdonan haber violado las leyes de la gravitación y verticalidad. No ven la formula. Toda alma tiene su “Poción Mágica”.
Y toda alma, tarde o temprano, sufre una transformación y es ahí donde aparece el verdadero licántropo. Ese que no muere por la bala de plata, sino de distorsión y melancolía. La imprenta clandestina no convierte en underground un panfleto de guardería. La caja de ritmos llora junto al violonchelo y el parvulario post nuclear llora por “El Último Fanzine”. Shot Planet y Víctor Aparicio aportan el mensaje visual con el clip “Paradise”, único tema extraído de su álbum “Hijos De Un Domador”. Gracias a todos, ahora Dwomo son mejores personas.